"Esa mañana, como tantas otras, permaneció de pie frente al espejo del baño. Esta vez no había rastros de maquillaje. Ni siquiera la sombra de lo que fuera la pegatina de las pestañas postizas. Esta vez su cara era como una sábana recién lavada: blanca, sin arrugas, un lugar fresco donde daban ganas de recostarse a dormir. Sonrió. Pensó en su madre, que siempre insistía en comprar buenos jabones para mantener la suavidad de la piel. Pensó también en la vecina del tercer piso, a quien tantas veces sorprendió con secreta envidia escrutando su cutis mientras subía las escaleras. Abrió la llave de la ducha. El agua caliente comenzó a transformar el baño en una pequeña junga de baldosas blancas y humedades pegajosas. Y ahí, frente al chorro de cascada que caía desde la cañería hasta el fondo metálico de la tina, decidió que..." (Jose Ignacio Valenzuela)
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Abandonar….las noches inciertas, el fetiche calculado, los rasgos fieles de la sonrisa, las calles vacías, las medias negras rasgadas por el machismo y la careta maquillada, que lentamente la han sumergido en el grito de la desesperación inconciente del huracán azul de sus sueños. Esta vez su deseo de dejar el rumbo y correr hacia otros destinos parece tener sentido. Ya no quiere ser un producto de cotizada reputación, de la fascinación del boca en boca, ni de llamadas inciertas. El pensamiento caníbal abandonó por un momento el sutil murmullo de su conciencia, que esta vez le dijo ¿qué vas hacer ahora? Miró hacia atrás y pensó, me envidian, me desean, me maltratan, me aman, me seducen y me regalan como un exótico diamante. Ahora volveré donde todo empezó para…… (Dario Arnau Scapellatto)
Continuara................
